A propósito de la tolerancia

Que difíciles momentos estamos viviendo como país, paradojalmente se habla de tolerancia y no discriminar, pero lo que más se ve son conductas intolerantes, falta de respeto, y sobre todo la incapacidad de poder empatizar con el otro.

Un triste espectáculo se da cuando por defender una visión o postura, se pasa a llevar al otro, con violencia y descalificaciones.

No es un acto inteligente ocupar todas nuestras capacidades para ser “expertos” en una sola postura o ideología. El no conocer e interiorizarse en otras posturas disidentes o distintas a nuestro pensar, solo lleva a la intolerancia, y a la toma de decisiones desde la ignorancia…..

Vivimos en una época, donde el paradigma que nos sustenta es el “relativismo”. Este modo de interpretar la realidad tiene algo muy positivo: ahora todos cabemos en este mundo, nadie sobra, todos tenemos derechos de pertenecer y disfrutar de nuestro entorno. Pero también, presenta dos peligros: por una parte, todo es difuso, ya no hay certezas ni estructuras, todo es relativo y depende del punto de vista de cómo se miren las cosas, y por otra parte, al estar todos inmersos en este mundo, es muy alta la probabilidad que alguien quiera imponer sus ideas por sobre el otro, pretendiendo creer que su visión es la correcta.

Las relaciones humanas se basan en principios y estructuras estables, las cuales dan las pautas para todo buen vínculo. Uno de ellos es la tolerancia, el cual se sujeta a otro más de base, que es el respeto.

Que falta nos hace ser simples y sencillos…. La belleza de las relaciones humanas, no pasan por las complejidades del día a día, pasa quizás por entender que en la simpleza del “Yo te respeto – Tú me respetas”, se puede ser tolerante, podemos pensar distintos, y convivir en paz.

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Comentarios
  • Carlos Hirth
    Responder

    Muy clara la visión que expones Juan Pablo; me interpreta cabalmente. Creo que la educación del respeto es algo que estamos bastante al debe en nuestra sociedad chilena. Nuestra idiosincrasia de una sociedad aún bastante inmadura pese a los mas de 500 años de la interculturalidad nativa y europea; lleva a que aún haya una parte de la población que en lo profundo de su ser se sienta mas «importante» que la otra parte de los ciudadanos chilenos menos educados, menos favorecidos o sin un «linaje»; lo que hace que la educación en el respeto se vea afectada y sobretodo considerando también el desarrollo económico del país que ha hecho que haya una ascendencia de personas a niveles socioeconómicos mayores pero no necesariamente aparejado con crecimiento en la educación y cultivo del espíritu. Todo lo anterior atenta contra el cultivo del respeto y la tolerancia. Sin duda un gran desafío para nuestra cultura.

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