Adicción a los vídeo juegos

Recientemente la Organización Mundial de la Salud, a incluido las adicciones a los videojuegos como una categoría de desorden de salud mental (ICD11), lo que ya de por sí habla de los nuevos paradigmas de los tiempos actuales. He estado leyendo que si bien algunos expertos discuten esto, es evidente que existe una larga casuística de casos reportados, aunque no es la idea estigmatizar a los video jugadores. Creo que lo importante es saber que la adicción se produce cuando el grado de actividad interfiere significativamente con una vida normal, y trae por ende efectos negativos notorios.

La OMS ha definido 3 criterios para reconocer esta adicción:

  1. No tener control sobre la frecuencia, la intensidad y la duración de la actividad. Siempre querer seguir jugando.
  2. Los juegos pasan a tener prioridad sobre otros intereses de la vida y actividades diarias.
  3. La conducta se mantiene, pese a que empieza a traer consecuencias negativas para la persona.

 

Además de estos síntomas, debemos estar atentos en nuestros hijos a algunos otros, tales como: Cambios en el estado de animo, irritabilidad, discusiones al querer seguir jugando, pretender jugar fuera de los rangos de tiempos permitidos o acordados, bajo rendimiento escolar, alejamiento de los amigos, cansancio muscular y mental por demasiado exposición, etc. Si ya son varios de estos síntomas, buscar la ayuda necesaria con el especialista.

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Responsabilidad al dar el ejemplo

Si bien, la presencia de estos síntomas requiere la toma de medidas, incluso la consulta con un profesional, el rol de los padres siempre es fundamental a la hora de dar el ejemplo. Internet y la conectividad son una realidad, y todos tenemos una conducta relacionada con esto. Debemos poner límites, crear espacios sin conectividad, tener pantallas en lugares comunes en las casas y ojalá los celulares no estén en las piezas de los niños a la hora de dormir.

Debemos mostrar consecuencia con lo que predicamos, la ecuación es simple: No podemos exigir estas conductas y llegar a la casa y pasar conectados a nuestros celulares. Debemos ofrecer tiempo en común a nuestros hijos en los espacios de no conexión a internet, ya sea jugando al aire libre, paseando con ellos, compartiendo actividades recreativas como deportes, tocando algún instrumentos musical, etc.

He visto como muchos padres ven en los videojuegos la solución para tener a sus hijos ocupados en un entorno seguro, como es el hogar. Pero siempre estará el riesgo a la conducta adictiva y al sedentarismo.

Creo que la clave es de sentido común (a veces el menos común de los sentidos): Construir una cultura familiar sana en torno a internet y los videos juegos, manteniendo siempre presente la comunicación y los espacios sin tecnología, diferenciando los momentos día a día.

Es un tema muy complejo el que estamos viviendo, soy padre de 3 hijos que conviven con la tecnología, y diariamente tenemos que marcar límites y construir espacios sin ella, ya que no tienen la madurez ni el autocontrol para hacerlo. Es cansador y a veces nos ganan, pero bueno, eso es el amor de padre y madre, educarlos, cuidarlos y protegerlos sin abandonar nunca.

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