El valor de un vínculo

En el mundo tecnológico y consumista que vivimos actualmente, pareciera que es posible comprar todo lo que podemos imaginar. Si quieres ser feliz compra tal cosa, si quieres tener amigos debes poseer tal producto, si quieres disfrutar la vida consume lo siguiente, etc.

Pero hay algo que me atrevo a afirmar no venden en ninguna tienda de este mundo, ya sea real o virtual, y eso es un “vínculo de afecto”.

Una relación de afecto no es algo cosificable que ocurre por casualidad, no se vende en tabletas en las farmacias, ni se consigue en la inmediatez de unos días. Un vínculo es algo mágico que se va dando en la medida que dos personas van interactuando y se van queriendo; pero para eso se requiere tiempo, paciencia y perseverancia, actitudes que por la urgencia de vivir no siempre se toman en cuenta.

¿De que se vale ser rico, tener hermosas casas y autos, viajar por el mundo, y disfrutar de todos los placeres posibles, si no se tiene con quien compartirlo?… es muy probable que una persona que compre compañía desarrolle con el tiempo fuertes sentimientos de soledad, ya que la riqueza pasa por quienes te estiman por lo que eres, y no necesariamente por lo que tienes.

Creo personalmente que mis momentos más felices han sido cuando he compartido mi vida con quienes quiero…

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